Imaginate que un día vas andando tranquilo por la calle. Doblas una esquina y sin tan siquiera tener el tiempo físico para poder ver nada mueres con un punyal entre pulmón i pulmón de algun yonki nervioso. O del balazo perdido de algún policia orgulloso.
Caerias al suelo, pues la gravedad haria su trabajo, però no seria como las películas, en tres flashes bien lentos i por distintos costados. Seria algo más doloroso (si estuvieras vivo) i menos romántico.
Seia como cada dia, una muerte rápida, però no una muerte de esas metafóricas que muchos usamos cada día. Esta seria irremediable y conllevaria arrastrar a todas las demás.
Entonces todo lo que llevaras estaria muerto: las ilusiones, los sueños, el trabajo hecho i las cosas que has pagado pero que aún no has tenido de usar.Pero realmente no habrias muerto del todo, pues hasta que la última nota que sonase en tus auriculares no se callara, aún habria en la tierra algo que hubieras puesto tu en marcha. Seria como tu última energia vital en la tierra. El único recurdo que podrias dejar a la física en el sentdo más estricto de la palabra.
I lo más triste es que nadie disfrutaria de aquella melodia, pues no seria extraño que nadie te tocara hasta que, unas horas después, un juez levantara tu cadáver para certificar con papeles oficiales (malditos!) lo que todos los fisgones detrás de la línea amarilla de película norteamericana ya saben. Seria como si alguien te volviera a matar. Pero de cara a los demás.
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